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viernes, 10 de octubre de 2014

LEYENDAS ECUATORIANAS III - GUAYAS Y QUIL

GUAYAS Y QUIL
Leyenda originaria de la Costa de la república del Ecuador.
Según la tradición, que se mezcla con la historia y hechos reales, hacia inicios del siglo XVI, en plena conquista española y proceso de fundación de ciudades en el continente americano, surge la leyenda sobre el origen del nombre de la ciudad de Guayaquil, puerto principal del Ecuador.
Con la ciudad de Quito ya fundada años atrás, varios grupos fueron enviados a diversas partes de este territorio, para continuar con la expansión y aseguramiento de la conquista. Uno de estos grupos llega a la zona que era habitada por tribus de indómitos guerreros, quienes siempre supusieron ser difíciles de conquistar. Al mando de los nativos estaba el cacique Guayas, acompañado de su esposa Quil. Tras meses de resistencia, finalmente son derrotados y apresados con algunos de sus seguidores.


Prisionero de los españoles, el cacique asegura conocer la existencia de un gran tesoro y propone dárselos a cambio de la libertad...Los conquistadores creen las palabras de Guayas y acompañan a este y a Quil, hacia el Cerrito Verde, actualmente Cerro Santa Ana. Ya en el sitio, pide un cuchillo para poder separar unas lápidas que se suponía cubrían el agujero donde estaba el tesoro...Teniendo el arma en sus manos, Guayas se abalanza rápidamente sobre su compañera, clavando el cuchillo en su pecho y traspasándole el corazón. 
Al ver que los españoles quedaban sorprendidos y sin reacción alguna, Guayas se clava el cuchillo...Mientras agonizaba y según la narración legendaria, Guayas llegó a mencionar estas palabras: ""Al río lo mancharon con la sangre de mis hermanos, me llevo a Quil para que me acompañe a la tierra del Sol"....
Esta es una de varias versiones que recoge la tradición, con respecto del origen del nombre de la ciudad de Guayaquil, siendo quizá la que más popularidad ha tenido a lo largo de la historia...Sin embargo no faltan otras, como la que asegura que Guayaquil surge de la reunión de tres palabras:
Gua: Grande, Ya: Casa, Quil: Nuestra...Significaría: "Nuestra Casa Grande"....

 

lunes, 6 de octubre de 2014

LEYENDAS ECUATORIANAS II - PO-SOR-JA


PO-SOR-JA

Leyenda originaria de la costa de la República del Ecuador.

La tradición sitúa los hechos en época precolombina, con la inesperada aparición de una tierna niña que llegó en una diminuta balsa a la orilla del mar, cerca de un poblado indígena, ubicado en la zona mencionada.

Desde el principio la niña causó admiración, tanto por sus singulares características físicas, no comunes entre los habitantes de la región, como por sus poderosas dotes adivinatorias y de videncia, las cuales fueron acentuándose con el transcurrir del tiempo.

La leyenda describe al personaje como una niña de abundante, ensortijada y dorada cabellera. Piel del color de la espuma que se forma cuando rompen las olas en la playa, de ahí el nombre con el que fue bautizada: PO-SOR-JA, que parecería significar “espuma de mar”. Los habitantes de la región aseguraron entonces que ella era una enviada de los dioses.

PO-SOR-JA se fue convirtiendo poco a poco en un personaje muy respetado por todos. Sobretodo, en los momentos que ella se sumía en profunda meditación...Momentos en que sus facciones, de una ternura y alegría usuales, cambiaban a una dureza de gesto y mirada, apretando entre sus dedos durante el proceso, un caracolillo de oro que había traido colgado de su cuello. Acercando a sus oídos al caracolillo, parecía escuchar voces que provenían del interior de este.

Súbitamente PO-SOR-JA, ya en pleno trance, iniciaba una serie de narraciones y avisos en los cuales se pronosticaba tiempos felices o trágicos por venir, épocas de abundancia o de carestía de alimentos...Lluvias y amenazas de muertes y desgracias...Al terminar estas relaciones, la adivina colocaba el caracol en sus labios y soplándolo, de este salían unos silbidos que eran acompañados de dramáticos cambios en las condiciones climáticas del sitio, con vientos huracanados y mar agitado, tormentoso, ocasionando que aumente la reverencia de los vecinos hacia la adivina.

Su fama se extendía por todos lados, llegando a oidos de Huayna Capac las narraciones sobre el don de la enigmática mujer adivina. El monarca, viajando hasta ella, la consultó sobre el futuro del imperio por él dirigido. A través de sus ojos y estando en trance, le mostraba escenas que se sucederían en poco tiempo y que afectarían la situación del Imperio Inca. Primero se vio a sí mismo enfermo y agonizante en su lecho...Luego, en otra escena, pudo observar con horror los combates que enfrentaban a sus hijos Atahualpa y Huascar, en una guerra fracticida cuyas consecuencias significaban un rápido declinar del Imperio.

En fechas posteriores, el Inca Atahualpa llegaba a la zona para consultar a PO-SOR-JA. La adivina, en igual trance, le haría conocer un porvenir lleno de gloria luego del triunfo en la guerra civil contra su hermano, pero volviéndose trágico al final, con la visión de la conquista del otrora poderoso imperio Inca a manos de los conquistadores hispanos, y la inevitable y dolorosa muerte de Atahualpa. Todo ello fue capaz de ver el Inca, gracias a las capacidades de videncia de PO-SOR-JA.

Demás está comentar la reacción del Inca y sus nobles, inquietos y temiendo sobre el futuro de lo establecido, trataron de castigar a la portadora de las infaustas visiones del futuro...Fue inútil todo intento de reacción, ya que los guerreros nunca pudieron ponerse de pie, sintiéndose como pegados a la tierra.

Con tranquilidad y saliendo del agitado trance, la adivina comentó que su misión en la tierra ya había llegado a su fin...Se levantó de su asiento y caminando con lentitud se dirigió hacia la orilla, metiéndose al océano. Con el agua en su cintura, PO-SOR-JA desprendió el caracol de oro que llevaba siempre, sopló hasta que este emitió un silbido agudo....Una enorme ola se alzó y la cubrió completamente, desapareciendo para siempre de la vista de todos quienes habían escuchado con estupor y temor, la última de sus narraciones....